Brasil — Un pastor evangélico ha desatado una nueva polémica en el país al vender “escobas ungidas” a 250 dólares, prometiendo que con ellas los fieles podrán barrer la “basura espiritual” de sus hogares. Según el líder religioso, estos objetos eliminan problemas matrimoniales, malos sentimientos y todo aquello que “entorpece la belleza espiritual” del hogar.

La práctica no es aislada. En el creciente ambiente de algunas iglesias neopentecostales, se ha vuelto común comercializar artículos “ungidos”: desde jabones y perfumes, hasta ladrillos y rosas, todos promovidos como medios de sanidad, prosperidad o liberación espiritual.

Sin embargo, esta venta de escobas ha generado un fuerte rechazo, tanto dentro como fuera del ámbito cristiano. Pastores y teólogos advierten que estas prácticas se alejan radicalmente de la enseñanza bíblica. “La unción no se vende, ni habita en objetos. El único que unge al creyente es el Espíritu Santo, como lo enseña 1 Juan 2:20”, expresó un pastor evangélico.

La situación evidencia el avance de un sincretismo religioso disfrazado de cristianismo, en el que el comercio y la superstición sustituyen el poder de la Palabra de Dios. Voces cristianas bíblicas llaman a discernir entre el verdadero Evangelio y lo que muchos denominan un “mercado de la fe”.

Mientras tanto, muchos fieles —movidos por la necesidad o el engaño— continúan cayendo en estas prácticas. El desafío para la Iglesia permanece: predicar el Evangelio con verdad, sin manipulación ni negocio.