Un hombre completamente inocente que pasó 43 años preso injustamente, agradeció a Dios por ayudarlo a sobrevivir durante el encierro. A pesar del tiempo perdido, se dispone a comenzar una nueva vida.
Kevin Strickland, de 62 años, fue condenado por tres asesinatos que tuvieron lugar en Kansas City en 1978, cuando tenía 18 años. Sin embargo, en el momento del crimen, estaba en casa viendo la televisión.
Una sobreviviente del tiroteo que testificó contra Kevin dijo que había intentado retractarse durante años, pero fue presionada por la policía.
Ninguna evidencia física vinculó a Strickland con la escena del crimen. Las huellas dactilares en el arma no eran suyas, los miembros de la familia proporcionaron coartadas y dos hombres condenados por los asesinatos de Sherrie Black, de 22 años, Larry Ingram, de 21 y John Walker, de 20, dijeron que Strickland no estuvo presente.
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Después que fue puesto en libertad por un juez de Missouri, dijo que estaba “agradecido con Dios que me haya ayudado con esto durante 43 años”.
“No estoy necesariamente enojado”, dijo a los periodistas. “Es mucha cosa. Creo que creé emociones que todos ustedes aún desconocen. Alegría, tristeza, miedo. Estoy tratando de averiguar cómo ponerlo todo junto”.
Pastor ofrece apoyo
Fuera de los muros de la prisión, pocas personas pueden entender los desafíos que enfrentó Strickland, pero el pastor Darryl Burton es uno de ellos. Pasó un tiempo con Strickland y quiere apoyarlo mientras se adapta a la vida de un hombre libre.
“Va a tener algunas dificultades. Todos las tenemos”, dijo Burton a KMBC 9 News. En 2008, Burton fue absuelto de un asesinato en St. Louis. Estuvo en prisión unos 25 años.
Hoy es pastor asociado en la Iglesia de la Resurrección en Leawood. También es cofundador del proyecto “El milagro de la inocencia”, que trata de cubrir las necesidades físicas y emocionales de quienes han dejado prisión.
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“Hemos estado en ese lugar donde todo era inestable, lleno de ira y odio, y ahora estamos fuera y tenemos que aprender a lidiar con la sociedad”, dijo Burton.
Strickland y Burton estuvieron juntos en prisión. Ahora quiere ayudar a su ex compañero de celda con apoyo económico, emocional y espiritual.
Fuente: Acontecercristiano