Siempre nos han comentado, que el Orar es hablar con Dios. La forma de comunicarse con Dios es Orando, no tan solo cuando le hablamos a él, sino también cuando el nos habla a nosotros. Una comunicación no es solo cuando hablamos nosotros con alguien, sino aun cuando escuchamos.
El momento que nosotros Oramos, Dios nos oye asimismo nos responde.
Por tres motivos:
1- No es sordo; Dios escucha, la sagradas escrituras dicen, que antes que la palabra esté en nuestra boca, ya él la sabe. Es algo sorprendente, aún no hemos platicado y ya Dios sabe lo que le pediremos, esto nos da a entender que cómo él ya sabe lo que vamos a pedir, ya tiene preparada la respuesta.
2- Dios responde conforme a su voluntad; Hay cosas que El no responde, y esto lo debemos tener bien claro. Es la Voluntad de Dios.
¿Por qué Dios no responde?. Cuando pedimos para nuestros deleites, conforme a nuestro corazón, que van en oposición a las escrituras, Dios no responde esas oraciones, porque va en contra de su voluntad. No se trata de orar y orar, sino conocer y entender que pedir en nuestra oración.
Un ejemplo seria, que un ladrón le pide a Dios que no lo atrapen robando, pero no da gracias a Dios por 30 años de prisión.
3- ¿Dios responde todo lo que escucha?
Hay un acontecimiento que relata lo siguiente; Hubo un hombre que oró a Dios, para que lo ayudara a mover una pared empujándola con la manos y por su propia fuerza, sin ayuda de nadie; esto es un modelo de oración sin conocimiento.
El hombre oraba y oraba, Dios le responde y dice que sí, que empujara la pared. El hombre se regocijó en si mismo y comenzó a empujar la pared, pero mientras empujaba y empujaba no sucedía nada, la pared no se movió.
Él se enojó y reclamó a Dios, porque la pared no se habia movió. Dios respondió y le dijo, que él no pidió que la pared se movería, solo pidió que la empuje.
La moraleja de esto, es que, en muchas ocasiones estamos así, pedimos y pedimos sabiendo que eso nos puede hacer daño y no conviene, Dios por nuestro empecinamiento nos permite ciertas cosas para enseñarnos, y cuando nos estancamos, reclamamos a Dios.
Esto aclara como Dios escucha y responde, no todo lo que Dios escucha lo responde, por lo tanto, tenemos que pedir como nos enseña la escritura.
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Otro ejemplo sería, si tu hijo de solo 2 o 3 años te pide que le compres un auto, se lo vas a comprar?. Obviamente no, a menos que sea de juguete, porque el niño no tiene la edad para recibir un auto aun.
Justamente, ora y espera en Dios, que conforme a su voluntad en sus tiempos, él escucha.