CHINA.- Una mujer, que por razones de seguridad no se ha revelado su nombre, cambió la historia de su aldea en China. Hace unos años había dejado su tierra natal para trabajar en una gran ciudad, lejos de su familia. Después de un tiempo, escuchó el mensaje del evangelio y se convirtió a Cristo.
Cuando visitó a sus parientes, meses más tarde, ella estaba sorprendida de como su vida y sus creencias eran tan diferentes a la de los otros aldeanos. Así que, comenzó a dar su testimonio y anunciar a Jesús. Uno de sus amigos luego de conocer el mensaje, se convirtió y se volvió un seguidor de Jesucristo. Así, luego de escuchar la verdad, todos sus amigos se convirtieron a Cristo.
Uno de ellos padecía una enfermedad incurable de mucho tiempo. Los médicos no pudieron hacer nada y le dijeron que ya no había esperanzas. No obstante, luego de que el paciente aceptara a Cristo como su Salvador, fue sanado y su salud fue completamente restaurada.
A partir de este testimonio, la mujer tomó aliento y comenzó a compartir su historia abiertamente con todos a su alrededor. De hecho, se convirtió en una misionera sin entrenamiento formal.
En China, aunque el gobierno niega que haya seguimiento religiosa contra los cristianos, la venta de Biblias está prohibida. Aún así, la mujer se enfrentó a las dificultades. Pronto comenzó a verse cómo en la ciudad muchas personas venían a buscarla para escuchar lo que tenía para decir. En poco tiempo, incluso los habitantes de los pueblos vecinos escucharon de Cristo vivo y del poder de Dios.
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Según informes de la Red Misinera, hace poco tiempo no había una iglesia organizada y tampoco podían acceder a tener Biblias. Se estima que en ese lugar remoto dentro de China, años atrás, ni siquiera había un solo creyente, hoy, en cambio, reúne a unos 44.000 cristianos.
A través de contactos con otras iglesias chinas, la organización Biblias para China recientemente distribuyó miles de Biblias en la región. La gran mayoría ha recibido una copia.